Un tercio de los menores catalanes de entre 14 y 18 años recibe imágenesde menores desnudos o semidesnudos en su teléfono móvil, dentro de una práctica que se conoce como sexting, es decir, el envío de fotografías o vídeos producidos por el propio remitente o el reenvio de contenidos elaborados por otros.
Este dato lo revela un estudio elaborado por un equipo de investigadoras de la Universitat de Lleida (UdL), coordinado por la profesora de Derecho penal de la UdL Carolina Villacampa, que se ha presentado hoy en la Jornada sobre delincuencia sexual contra menores.
Este trabajo es novedoso porque, “a pesar de que se habían hecho estudios de amplio espectro sobre conductas arriesgadas de menores en entornos ‘online’, hasta ahora no se había hecho uno específico con una muestra amplia que midiera el grado de implicación de los adolescentes en conductas de ‘sexting’ y ‘grooming’”, según explica Villacampa.
Este análisis específico sobre victimización sexual de adolescentes por conductas on line de child grooming (ciberacoso sexual a menores) ysexting se enmarca en un proyecto de I+D sobre protección jurídico-penal de la libertad y la indemnidad sexual de los menores, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.
Para llevarlo a cabo, el equipo de la UdL ha realizado encuestas a un total de 489 estudiantes de los últimos cursos de ESO y de Bachillerato de cinco centros educativos de las comarcas de Ponent durante el 2015.
Los resultados revelan que la prevalencia vital de intervención de los adolescentes en conductas de ‘sexting’ llega al 33,5% de media.
“Los resultados son extrapolables al conjunto de Catalunya porque la muestra con que se ha trabajado es bastante grande para garantizar un nivel de confianza de los resultados del 95%”, explica la profesora Carolina Villacampa.
La investigación también señala que las conductas de recepción de imágenes son las más habituales, si bien el reenvío o la difusión, así como su producción, están alrededor del 8%.
Las investigadoras constatan que estas conductas tienen un escaso grado de afectación en los menores implicados, al menos en los supuestos de “sexting” consensual.
Las autoras del estudio recuerdan que, desde la última reforma del Código Penal, la difusión de ese tipo de imágenes sin el consentimiento de los protagonistas está tipificada como delito, con penas que pueden ir de los tres meses a un año de prisión, además de multas económicas.
En cuanto al grooming o ciberacoso sexual, orientado a obtener favores sexuales de un menor, el estudio afirma que la prevalencia anual en Catalunya es poco elevada, dado que es del 5%.
Además, la mayor parte de solicitudes provienen de los mismos adolescentes o de adultos jóvenes, sin que se trate de conductas que tengan una grave afectación en quien las sufren.
Tienen más probabilidad de sufrir este tipo de peticiones las chicas, de más de 15 años, que se conectan en Internet desde su habitación y con padres con poca formación académica.
Las investigadoras de la UdL creen que los resultados del estudio, además de permitir conocer sobre una base científica el alcance y las características de estas conductas, “pueden contribuir al diseño de estrategias de tipo educativo para prevenir la victimización en estos ámbitos”.
Link: La Vanguardia
